La OMS ha lanzado nuevas directrices sobre el uso de antimicrobianos médicamente importantes en animales productores de alimentos, recomendando que los ganaderos y la industria alimentaria dejen de usar antibióticos de forma rutinaria para promover el crecimiento y prevenir enfermedades en animales sanos. Estas pautas pretenden ayudar a preservar la efectividad de los antibióticos que son importantes para la medicina humana al reducir su uso en animales.

 

Según señala la OMS, en algunos países, aproximadamente el 80% del consumo total de antibióticos de importancia médica se da en el sector animal, principalmente para estimular el crecimiento en animales sanos.

 

En una revisión sistemática publicada en The Lancet Planetary Health se concluye que las intervenciones que restringen el uso de antibióticos en animales destinados a la producción de alimentos reducen las bacterias resistentes a los antibióticos en estos animales en hasta un 39%. Esta investigación se tomó directamente como base para elaborar las nuevas directrices de la OMS.

 

Para esta organización internacional, solo se debería administrar antibióticos a animales sanos para prevenir una enfermedad si esta ha sido diagnosticada en otros animales de la misma cabaña o población de peces.

 

Siempre que sea posible, se deben realizar pruebas a los animales enfermos para determinar el antibiótico más eficaz con el que tratar de manera prudente su infección específica. Los antibióticos utilizados en animales deberían elegirse de entre aquellos que, según la OMS, son «de menor importancia» para la salud humana, y no de entre aquellos clasificados como «de importancia crítica y de máxima prioridad». Estos antibióticos suelen ser el tratamiento de último recurso o forman parte de una serie limitada de tratamientos de los que se dispone para tratar infecciones bacterianas graves en humanos.

Directrices de la OMS sobre el uso de antimicrobianos de importancia médica en animales destinados a la producción de alimentos

 

Por otro lado, en 2005 la OMS publicó una Lista de antimicrobianos de importancia crítica para la medicina humana, que se actualiza periódicamente, con el fin de que sirva para promover el uso prudente de dichos fármacos. En la lista se clasifican todos los antibióticos utilizados actualmente en humanos y animales en tres categorías –«importantes», «muy importantes» y «de importancia crítica»– en función de su importancia para la medicina humana.

 

En la quinta revisión de la lista publicada en abril de 2017, los antibióticos considerados de máxima prioridad entre los antimicrobianos de importancia crítica son las quinolonas, las cefalosporinas de tercera generación o ulteriores, los macrólidos y cetólidos, los glicopéptidos y las polimixinas (también conocidas como colistinas). Estos antibióticos son esenciales como tratamientos de último recurso para infecciones multirresistentes en humanos.

Lista OMS de antimicrobianos de importancia crítica para la medicina humana, 5.ª revisión