La AESAN publicó recientemente una nota interpretativa relativa a la producción de “miel en panal” y “miel con trozos de panal”, contempladas en el Real Decreto 1049/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba la Norma de calidad relativa a la miel.

En esta nota, la agencia considera, que, en este tipo de producción de miel, se ha de tener en cuenta el origen de la cera empleada en la fabricación de los panales.

En apicultura esta extendido el uso de láminas de cera que forman los panales, en las cuales las abejas forman sus celdillas. Parte del panal es fundido cada temporada para la fabricación de nuevas láminas, bien por el propio apicultor o enviado a un establecimiento. Se calcula que la renovación anual por parte del apicultor, que está en torno al 20%, corresponde a la parte del panal más viejo y que más residuos de plaguicidas y medicamentos veterinarios acumula.

Es por ello, que, esos trozos de panal (considerados alimentos) que son ingeridos junto con la miel hay que aplicarles los mismos límites máximos de residuos de plaguicidas y de medicamentos veterinarios que a la miel y productos de la apicultura destinados al consumo humano.

Y como consecuencia, la AESAN recomienda el uso de ceras vírgenes de abejas, ya que reduce el riesgo de presencia de residuos de sustancias activas en los panales, al contrario que con el uso de ceras fundidas y reutilizadas.

También se hace necesario destacar que, que la normativa no permite el uso de láminas de cera procedentes de plantas técnicas de Subproductos Animales No Destinados al Consumo Humano (SANDACH) para su uso en colmenas de abejas productoras de miel para consumo humano.